Seguimos estos principios generales por los cuales deseamos encuadrar las acciones y servicios del IPV:

• Un escenario: la comunidad eclesial como asamblea de llamados
• Una fuente: la Palabra de Dios como voz interpelante
• Una experiencia vital: el encuentro con Cristo y su seguimiento
• Un camino: los itinerarios formativos
• Una meta: ser testigos fieles al servicio del Reino
• Una condición: de discípulo/a misionero/a, dadores de vida
• Un valor: la fe como donación de si
• Una filosofía: dar sentido a la vida como salida de sí mismo
• Un método: interactivo
• Un destinatario: jóvenes, sacerdotes, vida consagrada y agentes de pastoral
• Una modalidad: trabajar en equipo interdisciplinar
• Una tendencia: atender los nuevos areópagos
• Un desafío: la evangelización como kerigma vocacional

Fundamentos

Nuestro interés está focalizado en “ayudar a dar a luz el misterio de Dios contenido en cada persona y/o comunidad de fe que la llama, la convoca, la instruye, le da una misión y la envía”. Parafraseando esta relación existencial entre Dios y la persona, el Documento de Aparecida (nº 122) insiste en los cinco aspectos fundamentales del proceso formativo: encuentro con Cristo, la conversión, el discipulado, la comunión y la misión. A partir de estos aspectos redefinimos cada etapa en clave vocacional:

 

Prioridades

En fidelidad a los desafíos que nos presenta la Iglesia, señalamos estas prioridades de acción pastoral:

  • Vocacionalizar las pastorales…
  • desde la Palabra como encuentro con Cristo que llama, convierte y envía…
  • siguiendo itinerarios vocacionales, fieles al proceso de evangelización…
  • con métodos interactivos abiertos a los nuevos areópagos”.